Te quiero hijo, ¡córrete dentro!
Los deseos de una madre siempre son órdenes para los oídos de cualquier hijo. Está claro que ellos no hacían lo que una madre y un hijo deberían hacer, ya que el hecho de que tengan habitualmente sexo los hace ser unos bichos raros a ojos de cualquiera. Pero para ellos no solo se trata de sexo, es el cariño y el amor lo que predomina siempre que follan.
Por eso la madre al sentir el rabo de su hijo dentro de ella moviéndose con tanto amor no pudo controlarse y le pidió una y otra vez que se corriese dentro de ella. «Si, madre» le contestaba obedientemente su muchacho.