Que pedazo de corrida
En cuanto su amigo entró en casa sabía que se la iba a follar. Ella le miraba con atención, llevaba una cámara mediante la cual la grababa. Se sentaron y la zorra no tardó en ponerse caliente, le daba mucho morbo aquello. Sacó su rabo y la puta se lo comió, hasta que la puso a cuatro patas y comenzó a follársela. Disfrutaba como una perra en celo, luego se puso encima de él y más tarde se tumbó mientras abría sus piernas. Su amigo lo que hizo fue correrse dentro, le pegó una corrida brutal dejándola inundada.