No creo que seas una santa
Y no se equivocaba, de santa no tenía nada, era toda una puta. A pesar de ir vestida como si fuera una religiosa convencida con su biblia en la mano, en realidad la zorra era fácil de llevársela a la cama. Fue a su casa para intentar ofrecerle algo, la salvación, pero acabó con su cara llena de leche. Tenía unas tetas enormes y una cara de zorra quedaba a entender que se había comido cientos de vergas. Con la suya iba a ser una más, ya que no le costó mucho que se agachase para comérsela. Luego la desnudó viendo sus grandes pechos y le comió el coño. Lo mejor de todo fue cuando le dijo que iba a follarse su culo. La chica al principio no quería, ponía su mano, pero él fue bastante insistente y acabó penetrándola analmente.