Hija se ofrece al guarro de su padre
La chica temblaba de los nervios cuando se ofreció a su padre. Pero el hombre no podía apartar la mirada de sus tetas y de su coño, que en breve estaría abierto para él. Y es que si el padre era un auténtico guarro degenerado la hija no se quedaba corta. Siempre había sido la putilla del barrio con una fama más que merecida. Pero ya se había cansado de follar con chicos de su edad y con hombres que la triplicaban en edad, quería algo nuevo… quería a su padre. Pero no esperaba ponerse nerviosa en un día tan importante como ese, así que le tocó al hombre hacerlo todo.
Eso si, pronto su padre se dio cuenta de que en realidad su hija era una ninfomana insaciable y hambrienta de sexo que iba a devorar sin descanso toda su masculinidad.